¿Mis gatos juegan o se pelean? ¿Cómo saberlo?
Muchos gatos viven en un hogar multigato y, naturalmente, los propietarios esperan que sus gatos se lleven bien, sobre todo cuando son más jóvenes.
Pero la dinámica de un hogar con varios gatos puede ser complicada. Los gatos pueden tener diferentes relaciones entre sí en la casa, dependiendo de sus personalidades y comportamientos individuales.
Jugar juntos se considera un signo de relación positiva, pero los comportamientos que muestran cuando juegan pueden ser difíciles de interpretar como amistosos, ya que pueden ser muy similares a los que se observan cuando los gatos se pelean y puede ser difícil distinguirlos.
Estos comportamientos incluyen mirar fijamente, abalanzarse y perseguir, así como agarrar, luchar y dar patadas de conejo con sus patas traseras. Puede parecer doloroso. Aunque los comportamientos pueden ser de lucha o de juego, hay sutiles diferencias:
- Intensidad: el juego es suelto y animado, y menos tenso que las peleas.
- Garras: Las garras suelen estar retraídas durante el juego y salen durante la pelea.
- Toma de turnos: la persecución y el abalanzamiento son más equitativos durante el juego y más unilaterales durante la lucha.
- Vocalización: el juego no suele implicar vocalizaciones agresivas que suelen verse antes o durante una pelea, como siseos, gruñidos o aullidos.
También hay comportamientos de juego específicos que no suelen asociarse a interacciones agresivas o negativas. Suelen observarse en gatitos jóvenes e incluyen levantarse sobre las patas traseras y dar pasos laterales o saltos.
Un problema común a la hora de distinguir el juego de la pelea es que puede cambiar de uno a otro momentáneamente: uno o ambos gatos pueden sentir de repente que ya han tenido suficiente y las cosas pueden cambiar rápidamente. Uno de ellos puede empezar a silbar, sacar las garras y huir sistemáticamente en lugar de volver al juego. Esto puede hacer que sea más complicado juzgar si los gatos son amigos o no, y su comportamiento durante el juego no siempre es un reflejo exacto de su relación en general.
Para ayudar, también puedes tener en cuenta el comportamiento de los gatos en otros momentos.
Busca comportamientos sociales positivos, como permanecer cola levantada, que se acurruquen juntos, que se acicalen mutuamente y que froten cara o el cuerpo del otro. Compartir los comederos no es necesariamente un signo de relación positiva, como tampoco lo es dormir separados en la misma cama o sofá.
No es tan buena señal que muestren un comportamiento negativo entre ellos, como bloquear el acceso a habitaciones o recursos, silbar o manotear al pasar, o que se miren atentamente cuando intentan realizar sus actividades normales.
Animar a los gatos a jugar juntos puede ser muy difícil, pero hay una serie de cosas que puede hacer para ayudar.
Ayúdalos a que se lleven bien
Antes de juntar a dos gatos, considera cuidadosamente sus niveles de actividad esperados y su deseo de jugar. Juntar a un gatito enérgico con un gato anciano puede acarrear problemas y los intentos del gatito por jugar pueden encontrarse con una respuesta hostil.
Dedicar tiempo a combinar los niveles de actividad y los temperamentos puede merecer la pena a la hora de buscar una pareja que desarrolle una relación fuerte y positiva. Dos gatitos de la misma camada suelen funcionar mejor, ya que están perfectamente emparejados en cuanto a edad y no hay riesgo de precipitar el proceso de introducción.
Reduce la tensión
Para evitar que su relación se deteriore, puedes tomarse medidas para evitar interacciones negativas en otros momentos del día. Los gatos que tienen interacciones agresivas estarán menos dispuestos a jugar amistosamente, ya que pueden esperar que la relación se deteriore.
Lo más importante es reducir la posible competencia entre ellos en el hogar. Duplicar sus recursos (cuencos de comida y agua, bandejas sanitarias, camas, rascadores, etc.) y colocarlos cerca de sus lugares favoritos puede ayudarles a compartir el territorio sin competir por ellos.
Adáptate a tus gatos
Si tiene un gato muy juguetón y otro menos entusiasta, pasa tiempo jugando con el gato más entusiasta para canalizar parte de su energía y evitar que atosigue al otro gato. Esto aliviará parte de la presión sobre un gato que es constantemente objeto de acosos, abalanzamientos y juegos no deseados.
Para los dueños que trabajan muchas horas o pasan mucho tiempo fuera de casa, saber que su gato tiene un compañero de juegos con el que pasar el día es una gran tranquilidad. Dedicar tiempo a prepararlos para el éxito desde el principio puede ayudarles a desarrollar una relación sólida, que enriquecerá la vida tanto de los gatos como de sus dueños.