¿Puedes entrenar a un gato? Algunos consejos para el entrenamiento de gatos
Se dice que los gatos no se pueden entrenar. ¡Tal vez también hayas escuchado que los gatos son quienes nos entrenan a nosotros! No es cierto: todos podemos ser entrenados. La clave está en saber cómo aprenden los gatos y encontrar la motivación adecuada.
Veamos cómo hacerlo utilizando como ejemplo una actividad de su rutina diaria: el acicalamiento de tu gato. Primero, puede ser útil crear un ambiente tranquilo utilizando un producto que ayude a disminuir el estrés, como FELIWAY® Optimum.
Paso 1:
Descubre qué motiva a tu gato. Puede ser comida, caricias o tiempo de juego; averigua qué es lo que más le gusta y resérvalo para las sesiones de entrenamiento.
Paso 2:
Agrega una señal a la situación. A los gatos no les gustan las sorpresas, así que planifica bien el entrenamiento, realízalo siempre en la misma zona siempre que sea posible. Y utiliza una señal para marcar el inicio del entrenamiento. Por ejemplo, acicala siempre a tu gato en la mesa del comedor y con una toalla (la toalla tiene beneficios adicionales, porque la es suave y nada resbaladiza para tu gato).
Paso 3:
Elige una palabra o frase que marque el inicio de la actividad, por ejemplo, “¡Hora de acicalarse!" o “Voy a ponerte muy guapo”. Utiliza una voz tranquila y positiva.
Paso 4:
Acércate a tu gato, di la frase que has elegido, muéstrale que tienes su recompensa favorita y muévete hacia donde está colocada la toalla. Por el camino, sigue animando a tu gato para que te acompañe; ¡de lo contrario, podría irse!
Paso 5:
Deja que tu gato camine por sí mismo sobre la toalla. No levantes a tu gato para moverlo, a menos que no le importe o que le guste. Déjale, un rastro de pequeños trozos de una golosina sabrosa puede atraerlo hacia la toalla. Cuando tu gato esté en la toalla, alábalo y recompénsalo.
Es posible que debas repetir algunos pasos varias veces. Tienes que darle tiempo a tu gato para que entienda lo que estáis haciendo. Además, has de encontrar la motivación adecuada, así que te toca ser paciente y constante. ¡No te rindas nunca!
Paso 6:
Acaricia a tu gato suavemente. Recuerda que, a los gatos, generalmente, les encanta que los acaricien debajo de la barbilla, las mejillas y alrededor de las orejas. Evita áreas desagradables para tu gato, como los ojos y las orejas. Acarícialo durante solo 5-10 segundos, luego detente y recompensa a tu gato si se ha mantenido cómodo con esta interacción.
Acostumbra a tu gato a esta rutina dándole caricias suaves y luego su recompensa. Sigue repitiendo hasta que se acostumbre a la conexión entre estar en la toalla y recibir recompensas.
Paso 7:
Muéstrale a tu gato el cepillo, pero no lo toques con él. Sigue esta secuencia: muestra el cepillo, retíralo, acaricia a tu gato, retira tu mano, recompénsalo y repite. Si tu gato ha tenido una mala experiencia con el acicalamiento, este proceso puede llevar más tiempo. En ese caso, intenta comprar un cepillo diferente, ya que podría ayudar a acelerar el proceso.
Hasta ahora, tu gato no ha sido cepillado, pero todos los pasos anteriores son la clave para el éxito.
Paso 8:
Acerca el cepillo a la piel de tu gato y cepíllalo muy suavemente con un solo movimiento, retira el cepillo y recompensa a tu gato. Comienza cepillando sus partes favoritas, pero no lo hagas durante mucho tiempo; recuerda detenerte antes de que tu gato se canse. Si la sesión tiene un final desagradable, es posible que no esté interesado en hacerlo nuevamente, por lo que es mejor cepillar pequeñas áreas varias veces.
Paso 9:
Aumenta gradualmente el área que cepillas en cada sesión, hasta que puedas acicalar todo su pelaje.
Paso 10:
Reduce gradualmente las recompensas. Una vez que se establezca la rutina de la actividad, mantén de 2 a 3 recompensas por sesión. Las golosinas deben eliminarse poco a poco, pero no dejes de elogiar a tu gato y acariciarlo suavemente mientras lo cepillas.
Ahora te estarás preguntando: "Pero ¿Cuándo puedo pasar de un paso a otro?" o "¿Cuántas semanas suele llevar?"
La respuesta a ambas preguntas depende de ti y de tu gato. Dependerá de cuántas veces hagas el entrenamiento cada día y de lo positiva que sea la experiencia para tu gato. Te recomiendo hacer esto de 2 a 3 veces al día, pero siempre detente antes de que tu gato se canse, se aburra o se frustre. De esta manera, ¡se convertirá en un divertido momento de juego!
Es posible que pienses que cuanto más corta sea la sesión, más tiempo llevará que tu gato se acostumbre a ella. Sin embargo, esto no es cierto, ya que las sesiones de entrenamiento más largas pueden convertirse en una actividad desagradable para tu gato, y tomará más tiempo pasar al siguiente paso. Pronto verás que las sesiones cortas y regulares son la clave.
Otra pregunta que puedes estar haciéndote es: "¿Esta rutina solo es adecuada para gatitos o adultos jóvenes?" La respuesta es no. Siempre es un buen momento para convertir el acicalamiento (u otras actividades de rutina) en algo agradable.
¡Todo el tiempo invertido en cada actividad valdrá la pena cuando el período de entrenamiento termine y se convierta en una tarea fácil y placentera para ti y tu gato!
