El punto de vista de un gato: ¡Miau! ¡No me gustan los cambios!
¡Miau! ¡Miaaaaaau! ¿Qué está pasando? Esto no es un día normal... Normalmente despierto a mis padres humanos saltando sobre su cama a primera hora de la mañana, ¡pero no están allí! No me gustan los cambios y estoy preocupado. Si mi rutina normal se ve alterada, me pongo ansioso, así que me esconderé debajo de la cama un rato hasta que sea seguro salir.
¡Ah, ahí están! Quizá tenían que levantarse temprano hoy, pero ya deberían saber que mis momentos favoritos del día son el amanecer y el anochecer (los gatos somos crepusculares, ya sabes). Mi trabajo consiste en despertarles porque estoy muy activo a primera hora de la mañana, ¡y también por la noche, claro!
Me gusta la rutina
Me gusta que todo sea siempre igual, que mi rutina no cambie. Normalmente tenemos un ratito para los mimos y los juegos antes de que se vayan a trabajar. Luego, después del desayuno, me echo una siestecilla que me da energía para salir a explorar el jardín.
Tengo mis escondites especiales para que los demás gatos no puedan encontrarme. ¡Y también tengo lugares altos! Me encanta trepar los árboles o pasear por encima de la valla para contemplar mi territorio desde arriba.
Cuando mis padres humanos vuelvan a casa, iré a darles la bienvenida. Quizá me frote contra sus piernas solo para asegurarme de que sepan que estoy contento de verles (también les dejo mi olor, ¡pero no se dan cuenta de eso!). Puedo llegar a ronronear, pero si las cosas cambian demasiado, echo mis bigotes hacia atrás o hacia delante y muevo mis orejas en diferentes direcciones para expresar que me siento mal.
Cuando llega la tarde, sé que es la hora de jugar pero a veces se olvidan o aparecen extraños por la casa y me pongo un poco ansioso. Puedo conformarme siempre que me den algún premio antes de dormir. ¡Pero no deben olvidarse de jugar conmigo mañana por la noche!
No me gustan las visitas
Definitivamente no me gusta cuando tenemos demasiadas visitas. Por suerte, mis padres humanos explican a los invitados lo que deben hacer si quieren que me muestre amistoso con ellos. Me gusta recibir y saludar a las personas, ¡pero a mi ritmo! Y si hay mucha gente o son demasiado ruidosos, me voy a un escondite tranquilo. Desde allí, espero hasta que todo vuelva a la normalidad.
No me gustan los cambios
¡Resulta que tenemos una nueva incorporación humana en casa! Me sentía algo confundido y ansioso cuando las cosas empezaron a cambiar en la casa antes de que llegara el bebé. Había muchos muebles nuevos, ropita, pañales‚... ¡Y hasta le han dado una habitación para él solo!
Mi mamá humana ha estado muy acertada con la llegada del bebé a casa, mostrándome gradualmente todas las cosas nuevas del bebé para que pueda acostumbrarme a los olores. He dejado mi olor en algunos muebles de la habitación, pero está bien. Es algo que no dañará al bebé y me hace sentir mejor. Ahora que ha llegado el pequeño humano nuevo, hay todavía más olores intensos por aquí, ¡especialmente los de los pañales!
Al principio estaba un poco nervioso porque pensé que mis padres humanos ya no estarían interesados en mí, ¡qué bien que me equivocara en eso! Me permiten olfatear al bebé cuando están ellos, pero no me dejan quedarme en su habitación. Parece un lugar muy acogedor, pero me han dado mi propio rincón cómodo y me encanta. Es bonito, cómodo y alto, así que puedo ver todo lo que está sucediendo cuando me apetece.
Estoy mejorando en mi adaptación al cambio
Por lo visto, a algunos gatos no les importa si las cosas cambian, parece que se lo toman con más calma. Pero yo no soy así: los cambios me hacen sentir ansiedad. Mis padres humanos hacen todo lo posible para ayudarme a que me adapte y se aseguran de que los grandes cambios sucedan lo más lentamente posible para que acaben convirtiéndose en rutina para mí.
Cuando era pequeñito, me mostraron muchas cosas diferentes, ruidos que nunca había escuchado antes, como los de la aspiradora y la lavadora (me daban mucho miedo). Y cuando no me escapaba, me daban una golosina muy rica. También se aseguraron de que tuviera a mi disposición muchos rincones y escondites agradables donde retirarme y sentirme seguro... A veces creo que saben cuándo me siento ansioso.
Hoy en día siguen sin gustarme los cambios, pero con la ayuda de mis padres humanos, puedo acostumbrarme a ellos. Además han dispuesto un difusor de FELIWAY® Optimum que me ayuda mucho cuando hay cambios en casa. Me hace sentir mucho más tranquilo y seguro, ¡y me ayuda a acabar con el estrés en todo tipo de situaciones!