¿Por qué mi gato me lame? El punto de vista de un gatito
¡Miau! Mi lengua es una parte super esencial de mi cuerpo.
Es una herramienta que me ayuda a probar la comida, beber agua y a acicalarme. Me acicalo mucho; de hecho, puedo pasar hasta el 50 % de mi tiempo haciéndolo, y es una señal (¡entre muchas!) de que me siento relajado y feliz.
Pero nuestras lenguas no son suaves, como la lengua humana. Están cubiertas de “espinas” firmes que miran hacia atrás hechas de queratina, llamadas papilas. Cuando nos acicalamos, las papilas nos ayudan a eliminar la suciedad y el pelo suelto de nuestro pelaje. Y cuando tenemos calor, nos ayudan a aplicar saliva en nuestro pelaje para mantenernos frescos.
Hay muchas cosas que podrías vernos lamer. Pero, ¿por qué los gatos a veces lamen a los humanos?
Interacción social
Aunque mi amigo es humano, estamos en el mismo grupo social y, al igual que una gata acicala a sus gatitos para mostrarles afecto y fortalecer su vínculo, esta es una de las formas en que podemos mostrarte lo mucho que significas para nosotros.
Formas parte de mi grupo social
Los gatos somos animales solitarios por naturaleza, ¡pero aún formamos lazos sociales! Por ejemplo, una gata acicala a sus gatitos, y los gatos que viven juntos y se llevan bien a menudo se acicalan o se lamen entre sí. Si tu gato te lame, ¡probablemente sea un cumplido! Quieren demostrarte que te han aceptado como parte de su familia.
Quiero que me prestes atención
A veces, cuando lamo a mi humano, deja de hacer lo que está haciendo y juega conmigo. Me ha hecho algunos juguetes divertidos, así que cuando quiero jugar un poco, me subo a su regazo y le lamo, y el parece saber lo que quiero hacer.
¡Sabes bien!
¿Has estado cocinando recientemente? Puede que nos guste el olor de algo que haya quedado en tu piel y quiera probarlo. O tal vez tu piel sabe un poco salada si has estado sudando. A menudo lamo la mano a mis padres cuando han estado preparando mi comida. ¡No quiero perderme nada!
Buscamos la comodidad
Lamer puede brindarnos comodidad, de manera similar que amasar cuando saltamos sobre tu regazo o una superficie blanda. ¡También podemos ronronear al mismo tiempo, demostrando que nos gustaría tener tu atención y algo de amor!
Puede que esté estresado
Los gatos también podemos lamer si nos sentimos estresados. Solemos lamernos a nosotros mismos, pero si estás cerca, es posible que también comencemos a lamerte. Trata de averiguar qué es lo que nos hace sentir estresados y cómo puedes resolver el problema. Mis padres conectan FELIWAY® Optimum en la habitación donde paso la mayor parte del tiempo y eso sin duda me hace sentir más tranquilo y relajado.
No nos encontramos bien
A veces podemos lamerte si no nos encontramos bien. Esta puede ser nuestra forma de hacerte saber que sentimos cierta incomodidad y necesitamos que te fijes en nosotros. Si no puedes averiguar qué le pasa a su gato, siempre llévalo a un veterinario para que lo revise.
Sin embargo, trata de disuadir a tu gato de lamer cualquier herida abierta en su piel en dado que puede que tenga bacterias dañinas en la lengua. Si esto sucede, siempre asegúrate de limpiar el área lamida inmediatamente. Además, si usas cremas o ungüentos para la piel con regularidad, asegúrate de que no sean tóxicos para tu gato.
¡Ya he tenido suficiente!
¡Incluso los gatos podemos cansarnos de algo bueno! Nos gusta que nos acaricien en nuestros propios términos y, a menudo, preferimos que nos acaricien poco a poco, por lo que, si estamos hartos, podríamos lamerte para indicarte que queremos que te detengas.
¡Pero cuidado! Si intentamos desviarnos de la atención y aún así continuas, lamer puede ser seguido por un pellizco o un rasguño, así que asegúrese de que puedes leer nuestro lenguaje corporal para saber cuándo hemos tenido suficiente.
¿Has tenido suficiente?
Como mencioné, nuestras lenguas están cubiertas de pequeñas “espinas” y estas pueden sentirse ásperas en la piel humana. Pero recuerda, es probable que estemos tratando de demostrarte que nos importas. Si quieres que nos detengamos, solo aléjate lentamente sin decir nada. No grites, porque nos asustamos y se dañará el vínculo que tenemos. Intenta distraernos con un juguete o tíranos una pelota para que la persigamos.
Y si quieres animarnos a que dejemos de lamerte, cada vez que interactuemos contigo sin lamerte, ¡las golosinas siempre serán bienvenidas!