Joven recostada en la cama con dos gatos.

Una conversación entre gatos. ¡Los puntos de vista de dos gatitos!

¿Alguna vez te has preguntado qué podrían estar diciéndose tus gatos entre sí? En un hogar con varios gatos, las maneras en las que se comunican pueden ser fascinantes, reveladoras e incluso divertidas. Entonces, ¿qué mejor manera de aprender sobre los estilos de comunicación felina que poniéndote en las patas de dos amigos gatunos, Luna y Bella, mientras comparten sus perspectivas sobre la vida y la convivencia?

Hoy exploramos cómo se comunican los gatitos, las maneras sutiles (¡y no tan sutiles!) en que se expresan, y algunos consejos para mantener la armonía en casa.

Personajes:

Luna: La líder segura y curiosa del hogar—aunque no se lo digas a los humanos. Ha vivido en la casa más tiempo y se considera la experta en todo lo felino.

Bella: La gata nueva, un poco caótica, que está aprendiendo las reglas y no teme hacer las preguntas que realmente importan a cualquier gato en formación.

 

Un gato gris y atigrado apoyados en un cojín.

El arte de la comunicación gatuna

Luna: Bueno, si no es Bella. Eh... ¿Bella? ¿Qué demonios estás haciendo?

Bella: ¡Intentando comunicarme con los humanos!

Luna: ¿Tirando todos los adornos de las estanterías?

Bella: ¡Exactamente! ¿No te parece divertido?

Luna: Bueno, sí, ahora que lo dices, parece divertido. Pero deberías dejar de hacerlo, ya que no me imagino que a los humanos les vaya a gustar. Ven, vámonos de aquí antes de que noten el desastre y nos echen la culpa. Ojalá piensen que fue el perro.

Oye, en lugar de preocuparte por los humanos, ¿alguna vez te has preguntado cómo nos comunicamos nosotras, las gatas?

Bella: ¡Todo el tiempo! Todavía estoy intentando descifrarte, y llevamos meses conviviendo.

Luna: ¿De verdad?

Bella: Justo ayer me moviste la cola de manera brusca, y no supe si estabas molesta o simplemente estirándote.

Luna: Ah, sí. El movimiento de cola. Es todo un arte, lograr ese barrido perfectamente despectivo—pero te diré lo que significa. Un rápido vaivén de lado a lado suele indicar que estoy concentrada—o irritada.

Bella: ¿Irritada?

Luna: No contigo, claro. Bueno, en su mayoría no contigo, pero nosotras las gatas somos caprichosas. Si te preocupa que pueda estar irritada, deberías observar el resto de mi lenguaje corporal para entender cómo me siento realmente.

 

Un par de gatos en un árbol para gatos.

 

Bella: Entonces, ¿así es como los gatos nos hablamos? ¿Con lenguaje corporal?

Luna: El lenguaje corporal es una gran parte de la comunicación gatuna, sin duda. Por ejemplo, cuando mi cola está erguida y larga—eso es una señal de que quiero ser amiga. Y si está temblando, incluso podría ser una señal de placer. Sin embargo, cuando se infla y se eriza, es algo completamente distinto. ¡Eso es miedo! Lo mismo que cuando tengo la cola metida entre las patas. No es que una gata tan guay como yo sienta miedo, claro. Me lo contó una amiga...

Bella: Como tú digas, Luna.

Luna: ¡Claro que sí! Y rebaja un poco ese tonito conmigo, por favor—no olvidemos quién es la mayor aquí. Ahora, hablemos de nuestras orejas gatunas—son una parte realmente interesante. Cuando están hacia adelante significa que estoy curiosa o contenta, mientras que si están planas o giradas pueden significar de todo. ¿Quizás que tengo miedo, o que estoy excitada, o incluso intrigada por algún sonido? Nuestras orejas son increíblemente móviles, y la forma en que las usamos puede significar un mundo entero.

Bella: Anotado. ¿Y qué hay del parpadeo lento? Te he visto hacerlo a los humanos algunas veces.

Luna: ¡Sí, el parpadeo lento! Otra forma de arte en la comunicación gatuna. Es como decir, "Confío en ti". A los humanos les encanta cuando se lo dedicamos. Pruébalo la próxima vez que quieras una golosina, y los tendrás comiendo de tu manos—¿o debería decir que tú estarás comiendo de las suyas? Supongo que depende de quién tenga las golosinas.

Bella: ¿Y la mirada fija que te vi darle a la gata del vecino?

Luna: ¡Esa gata! Si la vuelvo a ver entrar en mi territorio, ya veremos...

Bella: Pero, ¿qué significa realmente esa mirada fija?

Luna: Eh... Bueno, es más bien un desafío. Como un mensaje para aconsejarle al otro gato que se mantenga alejado.

Bella: Entendido. Practicaré, en caso de que vuelvan a pasearse por aquí.

Tacto, aroma y químicos: Cómo se comunican los gatos

Bella: Vale, ya entiendo lo del lenguaje corporal. Pero, ¿qué pasa con todo ese frotamiento y olfateo? Ayer me rozaste la cabeza contra la mía y no he dejado de pensar en ello desde entonces. ¿Es otra forma de que los gatos se comuniquen entre sí?

Luna: Frotarse la cabeza, o "bunting", es un gesto amistoso. Es nuestra manera de compartir nuestro aroma o intercambiar señales químicas, y lo hacemos para mostrar que formamos parte del mismo grupo. El frotamiento mutuo y el acicalamiento, como cuando nos limpiamos entre nosotras, son formas de vincularnos. Es algo muy social. Muy de coleguitas.

Bella: ¿Entonces, el aroma y las feromonas son lo mismo?

Luna: Se parecen, pero no. Los aromas y las feromonas pueden parecer similares para los humanos, pero en realidad son muy distintos. Por un lado, las feromonas no tienen olor. Cuando me froto las mejillas contra los muebles, las esquinas o incluso contra los humanos, dejo feromonas como un mensaje químico para recordarme que ese es mi territorio. Nosotras, las gatas, usamos estos mensajes para marcar territorio, para hacernos saber que el espacio es seguro y para que se sienta como en casa.

Tu madre usó feromonas cuando naciste, ayudándote a sentirte segura y protegida junto a tus hermanos. De hecho, nuestros humanos a veces usan estos mensajes químicos para hacernos sentir contentos también. Claro que ellos no crean las feromonas, pero pueden utilizar FELIWAY Optimum en casa. Este producto utiliza nuestras feromonas calmantes naturales para enviar un mensaje de serenidad, y es perfecto para hogares con varios gatos, como el nuestro.

 

Dos gatos jugando en un sofá.

¿Juegan o pelean los gatos? Descifrando los lazos sociales

Bella: Luna, tendrás que explicarme algo. Cuando estamos rodando y luchando, ¿eso es jugar o pelear?

Luna: Oh, Bella, mi dulce gatita inocente. ¡Eso es jugar! ¿Has notado cómo nos turnamos para estar encima? Y no usamos las garras. Si realmente estuviésemos peleando, ya lo sabrías. Las peleas son tensas, ruidosas y, a menudo, no terminan bien. Jugar, en cambio, es relajado, divertido y nos ayuda a crear vínculos.

Bella: ¡Uf! Me preocupaba haberte molestado. ¿Y qué pasa cuando los gatos no se llevan bien?

Luna: Siempre existe la posibilidad de que los gatos que viven juntos choquen, incluso si son los mejores amigos. Hay algunas señales sutiles de conflicto a tener en cuenta, como bloquear el paso o miradas intensas. A menudo, estos conflictos surgen porque los gatos no tienen suficientes recursos, como cuencos para comida o cajas de arena. Por eso, nuestros humanos se aseguran de que tengamos extras. Y si las cosas se ponen tensas, ellos saben cómo asegurarse de que cada uno tenga su propio espacio y de enchufar un difusor FELIWAY Optimum para mantener la armonía.

Introduciendo nuevos gatos en el hogar

Bella: Hablando de choques, ¿recuerdas cuando me mudé por primera vez?

Luna: ¿Cómo podría olvidarlo? Olías diferente, te quedaste con mi lugar de descanso favorito y… bueno, digamos que fue una curva de aprendizaje.

Bella: ¡Oye que yo tampoco lo tuve fácil! Llegar a un nuevo hogar donde ya hay un gato que manda. Pero los humanos hicieron un buen trabajo al presentarnos de forma gradual. Me gustó tener mi propio espacio al principio. Y esos difusores FELIWAY realmente me ayudaron a sentirme menos estresada.

Luna: Y mira cómo estamos ahora. Compartiendo recursos (más o menos), acicalándonos, incluso durmiendo juntas. Si eso no es amistad, ¿qué es? No todos los gatos del mismo hogar llegan a llevarse tan bien, pero es normal. A veces, convivir es simplemente estar cómodos en la compañía del otro, en lugar de ser los mejores amigos.

Dos gatos descansando juntos.

Entendiendo los sonidos de la comunicación felina

Bella: Una última pregunta: ¿los gatos se hablan entre sí?

Luna: ¿Qué crees que estamos haciendo ahora mismo?

Bella: Bueno, sí, pero ya sabes a lo que me refiero. ¿Qué pasa cuando no estamos manteniendo una conversación para el beneficio de nuestros lectores?

Luna: Ah, sí, ya veo por dónde vas: la vida real detrás de la fama en internet. Pues, ¿me has oído cuando gorjeo o trino para ti, verdad? Esa es mi forma de saludar. También ronroneamos para mostrar satisfacción o para calmarnos. Por otro lado, bufar es una manera clara de decirle a alguien que se aparte—no es que yo lo haga contigo.

Bella: ¡Espero que no! Pero aún no has mencionado lo del maullido. ¿Qué significa maullar?

Luna: Buena pregunta. Sí, a veces maullamos para saludar a otros gatos, pero –susurrémoslo para que la verdad no se corra– en realidad, la mayor parte del maullido es para nuestros humanos. Noté hace tiempo que es una buena forma de llamar su atención. ¿Qué quieres que te diga? Los humanos son una especie simple. Escuchan un buen sonido y nos devuelven caricias y golosinas. ¡Son más sencillos que el mecanismo de un chupete! Pero para las charlas entre gatos, dependemos más del lenguaje corporal, los aromas, las feromonas y el tacto.

Reflexiones finales

Bella: Luna, realmente eres una sabia gata. ¡Gracias por explicarlo todo!

Luna: Cuando quieras, mi joven amiga. Ahora, un consejito para derribar esas cositas de la estantería... intenta apuntar a los que parecen realmente caros. Suelen provocar la mayor reacción en los humanos.

Bella: ¿No dijiste que a los humanos no les gustaría?

Luna: Claro. ¡Pero somos gatos! Y los gatos siempre serán gatos, como siempre digo. ¡Hay todo un mundo de secretos detrás de nuestro comportamiento que los humanos todavía están tratando de descifrar!

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